Cómo inicié mi aventura empresarial y algunas claves para el éxito

¡Qué difícil es poner en marcha un negocio! No se sabe bien hasta que no se es parte activa en un proceso como este. Y es que hablamos de un asunto que implica muchas cosas, desde organización estructural hasta el cumplimiento de todos los requisitos legales que se pongan por delante, además de la posesión de una confianza ciega en una idea por la cual se supone que vamos a obtener dinero y rentabilidad. Y todo ello, por cierto, jugándonos nuestro propio capital. Porque, aunque el banco nos haya concedido un préstamo o un crédito, ya sabemos lo que pasa si luego no somos capaces de devolverlo en los plazos y condiciones que hayamos acordado.

Digo todo esto porque lo he vivido en primera persona. Años atrás, una idea deambulaba por mi cabeza sin parar: la apertura de una tienda de ropa deportiva. Siempre he pensado que sería un negocio de lo más productivo en términos de rentabilidad porque tiene una cantidad de público muy grande y heterogénea. El deporte siempre ha sido un reclamo para mucha gente y la verdad es que todo lo que tenga que ver con la venta de camisetas de fútbol o material como raquetas o zapatillas tiene muchas posibilidades de triunfo.

Creo sinceramente que valgo para un negocio como este porque siempre me ha gustado la ropa deportiva, sé lo que es tendencia y me puedo hacer siempre una idea de lo que la gente reclama en lo relativo a este campo. Pero claro, hay que tener en cuenta que para poseer un negocio hay que tener en cuenta mil cosas más. Es algo que he averiguado en los últimos meses.

Una de las cosas que más me ha costado ha tenido que ver con todos los asuntos legales ligados a la apertura de mi negocio. No soy yo un experto en este tema, aunque es obvio que no me preocupa porque siempre he contado con un buen asesoramiento en este tema. Hay un montón de conceptos en relación a aspectos fiscales, contables y laborales con los que nunca he tenido un contacto tan directo como hasta ahora.

Una de las cosas que más me agobiaba en términos de la apertura de mi negocio para la venta de ropa deportiva tenía que ver con el local comercial en el que se situaba. Tenía el miedo de que no me concedieran la licencia de apertura, aunque no tenía argumentos para tener ese miedo. Afortunadamente, la valoración realizada por parte del personal de Prada Ingenieros fue favorable y no tuve ningún problema en ese sentido. Después de esto, empecé a tenerlo todo listo para comenzar con mi aventura.

Todo lo que ha venido desde la apertura ha sido positivo. Los primeros días tuve bastante público porque ya sabéis cómo son estas cosas: abres un negocio y la gente se vuelca, te quiere conocer, quiere aprovecharse de las promociones que has hecho por la apertura… Y lo cierto es que todo eso se notó en el buen sentido en las cajas que fui haciendo.

No especulé en términos de calidad y procuré no pasarme con los precios, así que, como es lógico, mucha gente que me empezó a conocer ha vuelto a seguir comprando ropa de deporte y demás material deportivo. Hay que tener en cuenta que las tendencias en moda deportiva van cambiando al igual que lo hacen las tendencias en la moda de calle y que, con la llegada de cada nueva temporada deportiva, hay muchos clubes que lanzan nuevas camisetas al mercado. Eso hace que, al final, la gente vaya a volver a mi tienda si ha confiado en mí en una primera ocasión. Y eso es lo que vengo notando.

Otro aspecto clave ha sido el de la venta online. Se trata de un campo en el que hay que estar sí o sí. Yo implementé esta mejora en mi tienda unas semanas después de abrir y la verdad es que también me ha funcionado… aunque os digo una cosa: no cambio por nada la venta física, que todavía se encuentra muy viva en todos los negocios. Mi local se encuentra en una calle comercial y la verdad es que sigue habiendo mucha gente que apuesta por esto a día de hoy. Estar presente en todos los formatos de venta tiene que seguir una obligación para todos los comercios y esa fórmula a mí, al menos de momento, me está encajando a las mil maravillas.

Es clave saber mantener una buena atención al cliente, eso es algo que siempre os voy a recomendar si vais a abrir un comercio. La venta física implica que siempre esbocéis la mejor de vuestras sonrisas, que seáis amables y que ayudéis en la medida de lo posible a la gente que os visita. Por otro lado, la venta online es algo mucho más impersonal y que, aunque es válido y muy rentable, no va tanto conmigo.

Resultados positivos no solo en lo que a facturación se refiere 

Una de las cosas que definen la salud de un negocio son los resultados ligados a la satisfacción de la gente que ha venido a visitarlo tanto físicamente como en la página web. Hay que procurar medir esa satisfacción con encuestas. Y no he escatimado nunca en ese sentido. Por un lado, a todas las personas que me compran online les ofrezco la posibilidad de hacer un pequeño cuestionario para conocer si hay algo que está fallando, si se puede mejorar la experiencia de compra de alguna manera. Y también hago lo propio con las personas que compran físicamente a través de un formulario en papel que tengo siempre en mi mostrador principal.

Los resultados que he recibido hasta ahora han sido bastante positivos y eso me motiva tanto como los resultados económicos que estoy consiguiendo en estos primeros meses de aventura. Cuando la gente se marcha contenta de la que es tu casa, siempre te queda ese gusto dentro de ti que indica que estás haciendo bien las cosas. Y eso, en mi caso, me hace sentir orgulloso. Por supuesto que, si alguna vez noto que hay algo que está fallando, voy a arreglarlo tan pronto como me sea posible.

Creo que la venta física sigue muy viva 

Creo que la venta online ocupa una posición más que interesante en la economía de hoy, como no podía ser de otra manera. Pero ya he dicho que la venta física sigue siendo importante porque tiene su público… y lo va a seguir teniendo.

He visto noticias que refrendan mi punto de vista. Una de ellas la publicó el propio Ministerio de Economía, Comercio y Empresa al indicar que el número de locales comerciales se amplió un 0’4% en el año 2022. Se trata de una cifra que deja claro que sigue habiendo espacio para un modelo de comercio como el presencial, que tiene mucha más vida de la que podríamos haber llegado a pensar en algún momento.

Pero es que fijaos el dato en relación a la inversión en locales comerciales: según la página web Just Retail, esa inversión se potenció en un 120% en 2022, lo que también indica que hay gente que sigue invirtiendo en un negocio físico porque sabe que hay público que quiere seguir comprando de manera presencial. Ahora que he pasado por la experiencia de abrir mi tienda, veo lógico que haya tanta gente apostando por disponer de su propio local comercial. Disponer de una tienda física en una ubicación física también hace posible que tenga lugar una de las mejores maneras de hacer marketing: el boca a boca.

Hay que tener en cuenta que, vendiendo físicamente, la gente tiene la oportunidad de comprobar el tallaje y la calidad del producto en primera persona. De este modo, sabe que no hay sorpresas que valgan. Es siempre mejor apostar por esto que por una foto, por muy buena calidad que tenga la cámara que la hace. Ese sigue siendo un argumento muy poderoso para seguir confiando en una venta física que, en mi opinión, sería un error dejar de lado. Por tanto, yo voy a seguir trabajando en la línea en la que lo vengo haciendo hasta ahora. Lo que funciona no se toca y yo, al menos, no pienso tocar lo que me está generando unos resultados y una imagen de primera línea.

Lo importante es que, sea cual sea vuestra decisión, pongáis toda la ilusión del mundo en vuestro proyecto. La verdad es que no hay nada que pueda garantizar más el éxito que eso. Esa ilusión, esa fe, mueve montañas y debemos promover en la medida de lo que nos sea posible ese estado de ánimo para que no nos falte de nada y para que nuestro negocio disponga de la salud que le hace falta para continuar con su trayectoria y con los resultados positivos que podamos haber recibido hasta ahora. Eso debe ser lo primordial y lo que nunca puede salir de nuestra cabeza.

 

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