Principios para una limpieza ecológica

Recent Posts

Comparte

Facebook
Twitter
LinkedIn

Todo lo que se encuentra relacionado directamente con lo saludable, lo natural o lo reciclable, forma parte del mundo de la ecología. En unos momentos críticos para el planeta, con el cambio climático, no solo acechando, sino haciéndose notar de forma continua, adentrarse en el universo de los productos ecológicos, es hacerse un favor a una misma, al planeta y a todo lo que nos rodea. De forma inconsciente o desde la más profunda ignorancia, hacemos un uso indiscriminado de los recursos, sin pararnos a pensar que tal vez, algún día, los necesitemos. Es nuestra precariedad y estupidez humana la que debe cambiar para que no exista nunca la necesidad de esos recursos puesto que siguen disponibles.

Hacer un uso responsable de todo aquello de lo que disponemos de forma natural, es el primer paso para dar la vuelta a la tortilla y que, los problemas medioambientales, empiecen a solucionarse. Acciones tan cotidianas como separar los residuos para facilitar su tratamiento y reciclaje, o dejar de consumir y adquirir cierto tipo de productos, es uno de los principios básicos para propiciar el cambio.

Hemos acudido a los profesionales del sector de productos de limpieza de Stocknet, bien conocidos por su gama de productos ecológicos, y nos han convencido de que, utilizar ciertos productos para mantener limpios los hogares y demás, contribuyen a evitar aumentar la huella de carbono y destruir el planeta de forma lenta, pero firme.

De los problemas derivados del uso continuo de cierto tipo de productos, tenemos como resultado, cada vez más productos de limpieza ecológicos que carecen de químicos abrasivos, corrosivos y perjudiciales, tanto para la propia salud, como para el medioambiente.

Solo hay que pararse un momento a pensar en cuantos, de esos productos, advierten en sus etiquetas de su peligrosidad. O cuantos de ellos requieren ser utilizados con precaución y tomando medidas de seguridad, como el uso de guantes, mascarillas o gafas.

Pensando en este aspecto en particular, ya deberíamos hacernos una idea de su nocividad y lo poco salubres que son. Sin embargo, asociamos el olor que desprenden estos productos a la limpieza. Es fácil escuchar ante el olor a lejía, esa relación: aquí huele a limpio. Ocurre igualmente ante el uso de productos perfumados o ambientadores que, siendo tóxicos en mayor o menor medida, suplen la limpieza, a veces enmascarándola.

Pues muy bien, señoras y señores, debemos saber todos y todas que, lo que esta limpio, no desprende olor. Así de simple. Algo que esta limpio no huele a detergente, friegasuelos o cualquier otro producto. En tal caso, desprenderá su olor natural. Del mismo modo que tampoco, huele mal.

No obstante, estamos más que habituados a que lo limpio desprenda olores artificiales y los productos, dejen esos aromas.

Lo natural no tiene tóxicos

Entrar en un supermercado y acudir a la sección de limpieza y droguería, es perderse en un sinfín de productos con especificaciones para todo tipo de limpiezas a realizar: desincrustante, desinfectante, quitagrasas, para WC, para lavabo, antical, para suelo de madera, cristales…

¿Cómo lo hacíamos antes? Cuando en la repisa de la cocina destinada a la limpieza, solo existían jabón natural, un cepillo, vinagre y poco más. Realmente no lo hacíamos los que lo hacíamos ahora, lógicamente, eran nuestras madres o, sobre todo, abuelas. Aquellas sabias que, con ese jabón natural que ellas mismas elaboraban, vinagre, trapos y una escoba, dejaban todo el hogar como una patena.

Hoy, con tanto producto, no sabemos ni que hacer con ellos y corremos el riesgo de sufrir problemas de salud, sea por contacto, indigestión o inhalación.

Claro está que esto es el progreso, la evolución lógica que, promete eficacia, eficiencia y un mundo limpio e impoluto, sin gérmenes y suciedad. A costa de generar sustancias toxicas que inhalamos en el aire contaminado del que “disfrutamos”, a costa de padecer alergias, trastornos hormonales, irritación, etc. y atentar con el medio ambiente al que, apenas respetamos.

Si bien es cierto que limpiar el horno con un desincrustante específico para ese fin, ahorra tiempo, energía y estropajos cuando el horno esta más negro que una mina de carbón, es toda una experiencia. También lo es, no necesitarlo. Existen alternativas tan eficaces como las químicas, dentro del mundo ecológico y sostenible. Gracias a la concienciación que estamos viviendo, el mundo de la limpieza natural, esta pasando por un revival de productos y envases adaptados a nuestro siglo.

No solo hablamos de limpiadores o lavavajillas, cepillos, envases recargables, productos a granel o biodegradables, están cada vez más asentados en nuestra sociedad. No en vano, el cambio se origina a través de todos los elementos.

Disponer de este tipo de productos es la mejor manera de evitar sufrir algunos problemas de salud y que la población de riesgo, como niños, embarazadas, personas que padecen afecciones dérmicas, respiratorias o ambientales, es la mejor alternativa. Cualquier persona, con buena o mala salud, puede beneficiarse de llevar un estilo de vida saludable, alejado de los contaminantes y comprometido con el medio ambiente.

Sellos como Ecocert o Ecolabel, son los encargados de certificar el origen natural y la eficacia de los productos naturales que, no contienen en su composición derivados del petróleo u otros contaminantes como fosfatos, ftalatos, PCE, agentes blanqueadores o nanoplata entre otros.

Los productos de limpieza ecológicos, se fabrican con materias primas naturales y biodegradables como el jabón, el alcohol, la glicerina, aceites esenciales y poco más, de procedencia vegetal o mineral y sin testar en animales que no es necesario.

Polifacéticos y con diversidad

Una de las características básicas de los limpiadores naturales, es que, aun siendo algunos específicos para el hogar, la vajilla o los cristales, en gran medida son productos multifuncionales y concentrados. Se trata de productos polifacéticos y versátiles que funcionarán en función de la necesidad y la dilución que hagas de ellos. Un ecolimpiador concentrado, limpia, desinfecta y desengrasa todo tipo de superficies sin dañarlas, mientras que un ecolavavajillas, ofrece la función de limpieza y abrillantado sin tener que recurrir a otros productos.

Dentro del envasado que ofrecen este tipo de productos, la variedad es mayor que en sector convencional, puesto que puedes encontrarlos en venta a granel, concentrados, en pastillas biodegradables, monodosis con envoltorios hidrosolubles, etc. Algo que están copiando cada vez más, las fábricas de productos de limpieza convencionales.

Una característica que hay que destacar entorno a los productos verdes es que, tras su utilización, el agua con el que se ha realizado la limpieza, puede ser utilizada para el riego demostrando claramente su inocuidad en el medio ambiente y la ausencia de tóxicos en su composición e ingredientes.

Para ser realmente consecuentes con el asunto, no se puede hacer uso de los productos ecológicos, sin disponer de los instrumentos necesarios para la limpieza. En este terreno existe por igual, una evolución continua que ha dado como resultado, unos productos de gran calidad y fabricados con productos naturales.

Algunos de estos productos son los que vamos a nombra a continuación:

  • Guantes de látex ecológicos fabricados con caucho natural y algodón orgánico procedente de bosques de producción sostenible y ecológicos con sello FSC.
  • Bayetas de algodón ecológico sin blanquear y celulosa. Material altamente absorbente que sustituye a las habituales toallitas de usar y tirar y el papel, así como sustituir los paños de microfibra sintética por un producto de mayor calidad. Duraderas hasta el punto que equivalen a quince rollos de papel absorbente común.
  • Estropajos naturales fabricados con distintos materiales de origen natural como, esponjas, esparto, luffas, fibra de coco e, incluso, nanas de cobre. Cualquiera de estos estropajos puede sustituir a los estropajos del mercado, fabricados en su mayoría con poliéster o poliamida que no son reciclables ni compostables. Estos, pueden con el uso pasar micro plásticos a la superficie que se limpia con ellos y llegar a ríos y mares con todas las consecuencias que de ello derivan y conocemos. Los estropajos naturales, son cien por cien biodegradables.

Además de la química verde y las diversas marcas amables y naturales de las que dispone el ecologista en ciernes y funciones, existe otra alternativa. Ingredientes como el jabón de Castilla (de aceite de oliva), vinagre, limón, aceites esenciales puros, bicarbonato, percarbonato, ácido cítrico y las recetas de la abuela, puedes limpiar toda la casa y hacer la colada de manera sostenible.

Entre las propiedades del limón, encontramos su función quitamanchas, desinfectante y efectiva para eliminar hongos y mohos. En cuanto al vinagre, la cal de los grifos y duchas desaparece con su ayuda, a la vez que tiene propiedades desengrasantes y desinfectantes.

El jabón natural, es el detergente todoterreno por excelencia, mientras que el bicarbonato, elimina olores, suciedad, ablanda el agua, desatasca tuberías o deja el horno, como nuevo. Para blanquear la ropa y eliminar manchas de las diferentes prendas, el percarbonato y el ácido cítrico, es un efectivo antical y desincrustante que puede reforzar la higiene del inodoro.

Cuando muchos de nosotros no éramos ni un proyecto en la mente de nuestros padres, ni ellos en la de los suyos, la limpieza ya existía. Se llevaba a cabo de manera natural, utilizando los productos disponibles que para nada, contenían tanta química como los de ahora y no les hacia falta un desincrustante ni un desengrasante.

Articulos relacionados

Scroll al inicio